Mason
2010-05-31 00:23:49 UTC
Sofía Cárdenas- LA FELICIDAD
http://groups.google.com/group/secreto-masonico
La felicidad, en el mundo, es buscada por el hombre con afán
y con locura, como se busca a la mujer a quien se ha de amar.
La felicidad es la querida del hombre. Pero esta querida tiene
una temible rival, que comparte con ella el mismo amor del
hombre. Y se llama materia.
La materia acecha todos los pasos del hombre y hace lo
posible por conquistarle y seducirle, y el hombre es un juguete
en manos de sus dos queridas: la felicidad le llama a la soledad,
a la sabiduría, al campo de la conformidad, y la materia le
engaña llevándole a las reuniones, a las cuevas de la ambición
y de la dmbriaguez.
La felicidad visita a su amado por la mañana, y le encuentra
corriendo tras la materia. Le visita por la noche y le halla
pensando en su otra amada: la materia.
Sin embargo, el hombre se queja y dice que no es posible
hallar la felicidad en este mundo. El hombre busca la felicidad
en sus hechos, y ella se encuentra en los hechos de Dios.
Quiere el hombre llegar hasta ella, escalando sobre los cráneos
de los débiles, quiere encontrarla entre la plata y el oro,
empleando la astucia como un medio eficaz para poseerla. Mas
la felicidad es espíritu puro que desecha los medios materiales
y cuya única escala es el bien.
El hombre no ha tenido en toda su existencia un día de
felicidad. Esto no obstante, exclama con frecuencia: "¡Qué días
tan felices fueron aquellos...!" La felicidad mora en todas partes
y en todos los tiempos, pero son muy raros los hombres que
comprenden su dialecto, porque es demasiado sencillo,
mientras que al hombre le seduce lo compuesto... El principio
de la sabiduría es el temor de Dios, y el principio de la felicidad
es el amor al prójimo.
Dr. Jorge Adoum
http://groups.google.com/group/secreto-masonico
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La felicidad, en el mundo, es buscada por el hombre con afán
y con locura, como se busca a la mujer a quien se ha de amar.
La felicidad es la querida del hombre. Pero esta querida tiene
una temible rival, que comparte con ella el mismo amor del
hombre. Y se llama materia.
La materia acecha todos los pasos del hombre y hace lo
posible por conquistarle y seducirle, y el hombre es un juguete
en manos de sus dos queridas: la felicidad le llama a la soledad,
a la sabiduría, al campo de la conformidad, y la materia le
engaña llevándole a las reuniones, a las cuevas de la ambición
y de la dmbriaguez.
La felicidad visita a su amado por la mañana, y le encuentra
corriendo tras la materia. Le visita por la noche y le halla
pensando en su otra amada: la materia.
Sin embargo, el hombre se queja y dice que no es posible
hallar la felicidad en este mundo. El hombre busca la felicidad
en sus hechos, y ella se encuentra en los hechos de Dios.
Quiere el hombre llegar hasta ella, escalando sobre los cráneos
de los débiles, quiere encontrarla entre la plata y el oro,
empleando la astucia como un medio eficaz para poseerla. Mas
la felicidad es espíritu puro que desecha los medios materiales
y cuya única escala es el bien.
El hombre no ha tenido en toda su existencia un día de
felicidad. Esto no obstante, exclama con frecuencia: "¡Qué días
tan felices fueron aquellos...!" La felicidad mora en todas partes
y en todos los tiempos, pero son muy raros los hombres que
comprenden su dialecto, porque es demasiado sencillo,
mientras que al hombre le seduce lo compuesto... El principio
de la sabiduría es el temor de Dios, y el principio de la felicidad
es el amor al prójimo.
Dr. Jorge Adoum
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